Las Perseidas son una lluvia de meteoros visible en agosto desde el hemisferio norte. Las llamadas "lluvias de estrellas" son destellos producidos por los materiales procedentes de un cometa que se desintegran a causa de la fricción al entrar en la atmósfera terrestre.
Las Perseidas son conocidas como "las Lágrimas de San Lorenzo" porque se producen cada año alrededor del 10 de agosto y, en la tradición cristiana medieval, se las asoció a las lágrimas derramadas por San Lorenzo, quien murió quemado en una parrilla y cuyo santo se celebra ese día.
La Tierra atraviesa en estas fechas la zona donde se encuentran algunos restos dejados por la cola del cometa Swift-Tuttle al acercarse al Sol. Estos fragmentos, la mayoría muy pequeños, chocan con nuestra atmósfera a velocidades de más de 200.000 km/h y se desintegran emitiendo destellos de luz, cortos pero intensos. Pueden aparecer en cualquier lugar del cielo, aunque la mayoría parecen salir de la constelación de Perseo, y por eso se llaman Perseidas. Su máximo se produce del 11 al 13 de agosto.
El cometa Swift-Tuttle tiene unos 26 kilómetros de diámetro y una órbita muy elíptica que lo lleva cerca de la Tierra cada 133 años. Estuvo por aquí a finales de 1992 y volverá en julio de 2126.
Las Perseidas no son la única lluvia de estrellas del año. Todos los cometas que se adentran en el Sistema Solar pierden parte del material de su superficie a causa el viento solar y, por eso, se les forma una cola. Los gases y materiales de esa cola se quedan en la órbita del cometa formando lo que se denomina un "enjambre de meteoros".
La órbita de la Tierra cruza algunos de estos enjambres de meteoros cada año, siempre en las mismas fechas, produciéndose entonces una lluvia de meteoros que se nombra según la constelación de la cual parecen salir.
En el siguiente cuadro se muestran las principales lluvias de estrellas que se producen al cabo del año con los periodos de máxima actividad. En la columna "Hemisferio" se nombra primero al que exhibe mayor intensidad, si son visibles desde ambos:
Lluvia de meteoros | Fechas | Constelación | Hemisferio |
Cuadrántidas | 1 - 5 enero | Bootes | Norte |
Líridas | 19 - 24 abril | Lira | Norte y Sur |
Eta Acuáridas | 5 -8 mayo | Acuario | Sur y Norte |
Delta Acuáridas | 28 - 31 julio | Acuario | Sur y Norte |
Perseidas | 11 - 13 agosto | Perseo | Norte |
Dracónidas | 6 - 10 octubre | Draco | Norte |
Oriónidas | 19 - 23 octubre | Orión | Ambos |
Leónidas | 16 - 21 noviembre | Leo | Ambos |
Gemínidas | 11 - 15 diciembre | Geminis | Norte Sur |
Algunas lluvias de meteoros, como las Gemínidas, perecen tener su origen en un asteroide y no en un cometa. Sin embargo, se cree que esos asteroides son cometas "gastados" que perdieron sus elementos volátiles.
Los materiales dispersos por el espacio se llaman meteoroides. Al entrar en la atmósfera terrestre, se convierten en un meteoros dejando un rastro luminoso o estrella fugaz, producido al ionizarse por la fricción con el aire. Las estrellas fugaces, por tanto, no son estrellas, aunque sí fugaces.
La inmensa mayoría de los meteoros son muy pequeños y se desintegran a mucha altura, 80 kilómetros o más. Algunos más grandes brillan con mayor intensidad durante más tiempo. A estos se les llama bólidos. Si consiguen llagar hasta el suelo los llamaríamos meteoritos.
Para observar una lluvia de meteoros, como las Perseidas o cualquier otra, lo recomendable es buscar un lugar donde se pueda abarcar mucho trozo de cielo, alejado de las ciudades y la contaminación lumínica. Si no hay más remedio, procuraremos buscar algún lugar donde no incida directamente la luz artificial. Cuanto más despejado y oscuro, mejor.
También hay que tener algo de suerte. Si hay nubes, por ejemplo, poco podremos ver. Si hay luna habrá que dirigir la mirada hacia el lado opuesto, aunque, incluso así, nos perderemos los meteoros más débiles.
No es necesario usar telescopios, prismáticos ni ningún otro material óptico, ya que nos impedirían abarcar todo el cielo. Tampoco hace falta mirar en una dirección concreta. Los meteoros pueden aparecer en cualquier parte.
En general, la observación de meteoros suele llevar un tiempo considerable. Por tanto, hay que buscar una cierta comodidad para mirar al cielo. Es una buena idea contar con alguna silla de playa, tumbona o, incluso, un colchón. También conviene llevar ropa de abrigo, incluso en verano, porque el cuerpo inmóvil, de noche, al aire libre y durante un buen rato, tiende a enfriarse.
Por último, conviene saber que, a pesar de su fama, las Perseidas no son la lluvia de estrellas más activa del año. Las Cuadrántidas y las Gemínidas muestran más meteoros por hora. Y las Leónidas, a pesar de tener un comportamiento irregular, pueden ser tan espectaculares como las Perseidas.
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