La atmósfera es la capa gaseosa que rodea a la superficie de Tierra. Está formada por una mezcla de gases que llamamos aire.
En astronomía, llamamos atmósfera a una mezcla de varios gases que rodea cualquier objeto celeste, como la Tierra, cuando éste posee un campo gravitatorio suficiente para impedir que escapen.
En la Tierra, la actual mezcla de gases, el aire, se ha desarrollado a lo largo de 4.500 millones de años. La atmósfera primigenia debió estar compuesta únicamente de emanaciones volcánicas, es decir, una mezcla de vapor de agua, dióxido de carbono, dióxido de azufre y nitrógeno, sin rastro apenas de oxígeno, muy distinta a la actual.
A lo largo de este tiempo, diversos procesos físicos, químicos y biológicos transformaron esa atmósfera primitiva hasta dejarla tal como ahora la conocemos. El más importante lo llevaron a cabo las algas y los vegetales.
Para los seres vivos, en especial para los animales, la atmósfera es importante porque alberga la cantidad de oxígeno que necesitamos para poder vivir. Además, filtra los rayos solares que resultarían letales para la vida y protege la superficie terrestre de muchos agentes externos del espacio, como pequeños meteoritos.
Además de proteger el planeta y proporcionar los gases que necesitan los seres vivos, la atmósfera determina el tiempo y el clima.
En este capítulo: