La Estación Espacial Internacional. El Proyecto

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La Estación Espacial Internacional es el proyecto espacial más ambicioso desde el programa Apolo. Siendo un proyecto internacional, de su éxito dependen la mayor parte de los programas espaciales tripulados. La estación espacial es toda una aventura por lo sofisticado del proyecto y es una aventura por ser una experiencia de colaboración entre diversas naciones.

El uno de noviembre de 1993, se firmó en Moscú un acuerdo entre la NASA y la Agencia Espacial Rusa para llevar a cabo un proyecto conjunto de estación espacial, fusionando los respectivos programas en este campo, Freedom y Mir 2. Este histórico acuerdo fue propiciado por el clima político de distensión resultado de la desintegración de la URSS y los problemas económicos a los que se enfrentaba Rusia, incapaz de afrontar por sí sola un proyecto de estas características.

Los americanos, por su parte, también tenían importantes problemas en sacar adelante su estación Freedom, cuyo costo se había incrementado espectacularmente en los últimos años, poniendo el proyecto en serio peligro de cancelación por parte del Congreso americano.

La URSS tenía una gran experiencia en este campo, no en vano en 1971 fue lanzada la Salyut 1, la primera estación espacial de la historia. Otras seis estaciones Salyut la siguieron en los años siguientes (entre ellas dos estaciones militares Almaz). En 1986 se lanzó el primer módulo de la Mir, culminación de quince años de experiencia, que sería la única estación espacial de la humanidad por más de una década, así como la primera en estar habitada permanentemente. En su interior varios cosmonautas han batido el récord de permanencia en el espacio tres veces, estando el actual en posesión de Valeri Polyakov, con 14 meses.

En los estados Unidos, por su parte, el proyecto originario de la estación Freedom, nacido bajo los auspicios de la administración Reagan, había visto reducido su tamaño cada año, al tiempo que los costes se disparaban y los retrasos se acumulaban.

Skylab

Las dificultades experimentadas por los americanos se debían por un lado a su poca experiencia en el manejo de estaciones espaciales, que se limitaba al Skylab a principios de los setenta, y a la gran complejidad de la Freedom, que requería decenas de lanzamientos del transbordador para ser completada. La incorporación de Japón y la Agencia Espacial Europea (ESA) al proyecto, que se comprometieron a añadir un módulo de investigación cada uno, no mejoró sustancialmente la viabilidad de la estación.

Con el programa al borde de la cancelación por sus altos costes, la NASA empezó a considerar diversas opciones de participación con Rusia para mejorar la Freedom (por ese entonces ya denominada como Estación Espacial solamente). En un principio se pensó en usar naves Soyuz TM rusas, utilizadas para llevar y traer cosmonautas de la Tierra a la Mir, como vehículos de emergencia para la Freedom, ya que en el diseño original de la estación no existía una nave de este tipo, pero las estrictas medidas de seguridad impuestas tras el accidente del Challenger obligaban a su utilización. El proyecto de un vehículo americano de emergencia (CRV, Crew Return Vehicle) había multiplicado sus costes, resultando por tanto inaceptable.


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