Pioneros de la misilística

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En el periodo que va de finales del siglo XIX a la segunda guerra mundial, por lo menos cuatro pioneros de la misilística y de la astronáutica deben recordarse: Konstantin E. Tsiolkovsky, en Rusia; Robert H. Goddard, en EE.UU.; Hermann Oberth, en Alemania; Robert Esnault-Pelterie, en Francia.

Tsiolkovsky nació en Izev en septiembre de 1857. Matemático y físico, en 1898 propone por primera vez el empleo de combustibles líquidos en sustitución de los sólidos empleados hata el momento, adelantando la idea de que los cohetes pudieran ser accionados por hidrógeno y oxígeno licuificados, o bien por oxígeno líquido e hidrocarburos (precisamente como sucede en la actualidad).

En sus estudios revolucionarios, Tsiolkovsky indicó también las líneas fundamentales de la ley por la cual la velocidad final de los cohetes depende de la reserva de combustible y de la velocidad de expulsión de los gases de combustión. Sus escritos fueron publicados en 1923, pero en aquellos años Rusia estaba agitada por gravísimos problemas económicos, sociales y políticos, por lo cual sus geniales investigaciones cayeron en la indiferencia general de científicos y profanos.

Sólo después de la Revolución de Octubre Tsiolkovsky encontró estímulos de las autoridades para continuar sus estudios y experimentos hasta 1935, año en que murió. Además de haber realizado en 1930 un modelo de cohete de combustible líquido, el científico ruso logró elaborar los cálculos para lanzar un satélite en órbita terrestre.

También más allá del océano, en EE.UU., otro pionero de la misilística no encontró mucha acogida a sus estudios: Robert Hutchings Goddard. Nacido en 1882 en Worcester, Massachusetts, Goddard fue profesor en la Clarke University y hasta 1920 se ocupó de cohetes de combustible sólido. A partir de aquel año, el científico se dedicó a los cohetes con combustible líquido y, en el histórico día del 16 de marzo de 1926, lanzó el primer vehículo con motor de cohete accionado por oxígeno y petróleo ardiente.

A este primer experimento siguieron muchos otros y Goddard inventó el sistema para la estabilización automática de los misiles, empleando giróscopos y guías montadas a la salida de las toberas de descarga. Goddard con sus misiles logró alcanzar la altura de 2.750 m. y una velocidad máxima de 880 km/hora. Sus trabajos, como se ha dicho, no suscitaron gran entusiasmo en sus contemporáneos y sólo después del comienzo de la segunda guerra mundial pudo ver la aplicación práctica de los principios que había propuesto muchos anos antes. Goddard murió en agosto de 1945.

Hermann Oberth, nacido en Hermannstadt en 1894, llevó muy adelante la investigación científica y tecnológica en la misilística. En 1917 propuso al ministro de guerra alemán usar cohetes con combustible líquido de largo alcance como arma de guerra, pero su idea no es escuchada. De sus estudios salieron los primeros verdaderos cohetes, las V2 de las cuales, después de la guerra, nacerían los vehículos espaciales rusos y americanos.

Contemporáneo de estos tres pioneros fue el francés Robert Esnault-Pelterie. Nacido en París en 1881, graduado en ciencias, con sus estudios estableció serias bases científicas para la aviación considerándola como un hecho de transición para la astronáutica. En 1930 publicó "La astronáutica", en la cual recogió todos los conocimientos adquiridos hasta entonces en este campo. Pelterie murió en diciembre de 1957. Los sueños de la astronáutica que había preconizado en sus obras estaban comenzando a convertirse en realidad: poco antes, el 4 de octubre de 1957, los rusos habían puesto en órbita el Sputnik, el primer satélite artificial.


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