El telescopio Kepler

El telescopio espacial Kepler es uno de los instrumentos esenciales para el conocimiento del universo más o menos próximo, astronómicamente hablando.

Así, gracias al telescopio Kepler conocemos ya la existencia de más de 1200 posibles planetas que orbitan a mil estrellas. De ellos, más de 50 podrían ser habitables, ya que presentan serias similitudes con nuestro planeta.

Como curiosidad, decir que algunos de ellos muestran unas dimensiones inferiores a las de la Tierra, si bien son los primeros datos que poseemos y conviene ser prudentes en las conclusiones.

Midiendo el brillo de las estrellas

No obstante, los datos no dejan de confirmar lo que se venía sospechando: que nada en el universo es único y, si ha ocurrido una vez, es cuestión de tiempo que se repita el mismo fenómeno. Así pues, se ha constatado que existen miles de millones de galaxias, muchas de ellas similares a la nuestra.

Y ahora vamos descubriendo poco a poco que existen muchos planetas similares al nuestro, algo que era de prever.

Las leyes físicas son universales y como su nombre indica, ciertas para todo el Universo, tal como han venido considerando grandes pensadores de la talla de Albert Einstein, cuando propuso su célebre Teoría de la relatividad, que supuso un cambio de mentalidad y una nueva forma de entender el Universo.

Descubriendo nuevos planetas

Para descubrir planetas el Kepler se basa en algo muy simple: mediante un fotómetro que lleva incorporado mide el brillo de las estrellas. Cuando éste varía suele ser porque ha pasado un cuerpo que ha tapado momentáneamente la luz, entre el telescopio Kepler y la estrella.

De la misma manera que si una persona se cruza delante nuestro nos impide ver a la persona con la que hablábamos, el telescopio puede deducir a qué distancia se encuentra el objeto que se ha cruzado y su trayectoria u órbita.

Varios tránsitos de planetas

A este fenómeno se le denomina tránsito de un planeta entre su estrella y el que observa. Al conocer a qué distancia está ese planeta respecto a su sol y la presencia o no de agua en el planeta, se podrá determinar si pueden darse condiciones propicias para la vida.

Habrá que esperar a ver qué descubrimientos se efectúan mediante el análisis de todos los datos mandados por el Kepler a la Tierra, pero, por el momento (2014) se puede asegurar que los sistemas dobles (formados por dos soles) son más frecuentes de lo que se creía.


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