La erosión fluvial

Las aguas continentales son un agente erosivo de primera magnitud. En forma de ríos que discurren sobre la superficie, o de corrientes subterráneas, el agua desgasta los materiales que hay por donde pasa y arrastra los restos en dirección al mar, dejándolos depositados en diversos lugares, formando nuevos suelos y, en definitiva, modelando el paisaje.

El agua crea cascadas, grutas, desfiladeros, meandros y deltas. En ocasiones inunda determinadas regiones, más o menos amplias, del territorio. La vida se ha desarrollado de forma más prolífera, desde siempre, en los márgenes de los ríos.

La acción erosiva de los ríos

Foto 1

La erosión debida a las aguas corrientes sigue las mismas etapas en que se divide de forma natural el curso de un rio. Hay una primera etapa en que la erosión mecánica provocada por el agua y los materiales que arrastra es muy intensa en el curso alto del rio. En la segunda etapa, de transporte, la erosión mecánica sigue activa, pero empieza a actuar la erosión química. Esta tiene lugar en el curso medio. Finalmente, en el curso bajo predomina la sedimentación de los materiales transportados, la acción mecánica se reduce muchísimo y prácticamente sólo actúa la erosión química.

La acción erosiva de un rio se debe a la energía del agua. Es capaz de arrancar trozos de roca que, al ser arrastrados por la corriente, actúan como un martillo sobre el cauce del rio, desprendiendo nuevos fragmentos. Como el cauce no es regular, se suelen producir remolinos que arrastran arenas y gravas, puliendo el fondo del rio y creando cavidades.

Otras veces, la pendiente elevada hace el agua forme saltos, cascadas o cataratas, algunas de las cuales llegan hasta los 1000 metros de altura. La zona de salto retrocede gradualmente aguas arriba a medida que se desgasta. En otros casos, cuando el curso se encuentra con grandes obstáculos, el agua "busca" las zonas más frágiles, las desgasta y forma desfiladeros o cañones.

En terrenos calcáreos es frecuente la aparición de cuevas subterráneas causadas por la erosión química del agua, que transforma el carbonato insoluble en bicarbonato soluble y, después, lo disuelve.

Inundaciones

Durante las temporadas de lluvias intensas o cuando se produce el deshielo, el caudal de un rio puede aumentar tanto que no quepa dentro de su cauce. Entonces el agua se desborda por las riberas. Este fenómeno se produce a veces de forma gradual, pero otras lo hacen de forma violenta, provocando una gran erosión en todo el territorio.

Foto 1

Meandros

El resultado de la erosión consiste en materiales más o menos finos que el agua arrastra a lo largo del curso del rio. En el curso medio empiezan a depositarse cuando la fuerza de la corriente no es capaz de mantener estas partículas en suspensión.

Pero la fuerza erosiva actúa después sobre estos depósitos y los desgasta más por la zona en que la velocidad del agua es mayor, mientras deposita nuevos materiales donde es más débil. El resultado final son unos depósitos de forma sinuosa que llamamos meandros. Con el tiempo y las crecidas, el rio puede volver a abrirse paso en línea recta, dejando en sus márgenes lagunas en forma de media luna que, con el tiempo, suelen secarse.

Los Deltas

El final del proceso erosivo fluvial tiene lugar en la desembocadura del rio, aunque en algunos casos la fuerza de la corriente es capaz de seguir erosionando el fondo de la plataforma continental y formar un valle submarino.

En muchos casos, sobre todo en grandes ríos con mucha erosión, los materiales más finos se depositan en la desembocadura formando un delta. Los deltas son, pues, terrenos sedimentarios extensos en los cuales hay un equilibrio constante entre la fuerza destructiva de la corriente y el depósito de nuevos materiales.


Búsqueda personalizada

Inicio