¿Quién no ha observado alguna vez el hipnótico ir y venir de las olas en el mar? Esa enorme masa de agua en movimiento que separa continentes y tierras emergidas, sirvió a sabios de la Grecia Clásica para deducir que la Tierra era esférica al observar a las embarcaciones alejarse y desaparecer en el horizonte.
Como al mirar siempre a una determinada altura, la embarcación parecía que se estaba hundiendo, los sabios supusieron que la Tierra no era plana, sino que tenía una curvatura considerable. ¡Y esto hace cinco mil años!, en el 2.500 a.C.
Como Cristóbal Colón escribió una vez: el mar da esperanzas, como el soñar genera sueños. Y es que, lejos de actuar como una frontera o un muro de agua, al observar el océano y ver el vuelo de las gaviotas, al ser humano se le crean nuevos anhelos, ilusiones y retos.
Ahora bien, ¿qué sabemos del mar?, al que nos referimos en masculino si nos movemos en el ámbito científico, pero en femenino, si lo hacemos en el poético y literario. Como acertadamente un grupo ecologista tituló uno de sus libros, todo el que ha visto alguna vez el mar no ha podido evitar sentir que en cierta forma es nuestra madre, que nos arropa y alimenta.
Ya los antiguos mitos hacían surgir del mar a determinadas diosas y es que ciertamente el medio costero es un lugar rico en vida. En la imagen mostramos un detalle del famoso cuadro el nacimiento de Venus, pintado por Sandro Botticelli y donde recogió los relatos mitológicos griegos que consideraban a esta diosa del amor y de la fertilidad, nacida a partir de la espuma del oleaje mediterráneo.
Por todo ello, en las siguientes páginas trataremos de conocer todo sobre la mar o el mar, como quiera llamarse, desde que un mar nace (y cómo) hasta las riquezas que presenta, cómo funciona, los relieves a los que da lugar, qué hay en los fondos oceánicos, fenómenos curiosos como mares rojos o con luces y hasta si existen mares en otros lugares de nuestro Sistema Solar.
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